La mayoría de personas en el mundo desea gozar de longevidad, esto con el objetivo de tener el mayor tiempo posible de vida para cumplir sueños, compartir en familia y por qué no, dejar una huella positiva para las generaciones entrantes.
El ejercicio físico es un factor clave para mantener un buen estado de salud; al mismo tiempo que ayuda a gestionar algunas enfermedades como la diabetes y el colesterol elevado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Se ha demostrado que la actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer. También ayuda a prevenir la hipertensión, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar”, explica.
En general las claves en una vida longeva tiene que ver con evitar aquellas actividades que están comprobadas deterioran el cuerpo humano a mayor velocidad, además de aumentar el riesgo de padecer enfermedades.
Por ejemplo, los expertos de Harvard, recomiendan tener un consumo responsable y conocer los límites frente al consumo de alcohol. De hecho, aconsejan “un máximo de una bebida en el caso de las mujeres y dos para los hombres, basándose en la capacidad de metabolizar el líquido en función del género”.
“El pesimismo, el estrés y la ansiedad contribuyen a debilitar el sistema inmunológico y, por lo tanto, el organismo se vuelve vulnerable a infecciones y otras enfermedades. Además, el estrés está directamente relacionado con varias enfermedades”, expone.
Adiós al cigarrillo
Dejar este hábito puede prolongar los años de vida de un individuo y mejorar la calidad de vida del mismo. Estudios científicos han encontrado que el 70 % de los fumadores manifiestan su intención de abandonar el consumo de tabaco, cerca de un 40 % intenta dejar de fumar cada año y solo un 30 % lo logra con el tratamiento adecuado, informó el Ministerio de Salud y Protección Social.
Una dieta saludable
Esta parte hace referencia a ser constante con los horarios en que se alimentan las personas y a comer productos que no perjudiquen la salud, como sí lo hacen la comida chatarra y el azúcar.
Es ideal que durante la alimentación se tengan granos integrales poco procesados, verduras, frutas, nueces y fuentes naturales de proteínas (que no solo vienen de la carne).
Consumo de Legumbres
De acuerdo con la FAO, el grupo de las legumbres está conformado por una variedad de semillas que se han incluido en el menú diario de los humanos desde la antigüedad. No es para menos, estos alimentos se consideran especialmente ricos en proteínas y demás nutrientes, convirtiéndolos así en ingredientes complementarios de una buena alimentación.
Por su composición nutricional, gozan de diversas propiedades que favorecen la buena salud. Según indica la guía de alimentación de Cuerpo Mente, el consumo de estos granos pueden favorecer la microbiota, ya que contienen fibra soluble y almidón resistente, de los que se sirven las bacterias buenas del organismo.
Igualmente, tienen un efecto positivo sobre los niveles irregulares de colesterol y azúcar en la sangre, por lo que podría mantener al margen otras condiciones derivadas de este desequilibrio y que puedan poner en riesgo la salud.
Verduras
En línea con el consumo de frutas, los expertos indican que las verduras contienen nutrientes necesarios para que el cuerpo realice sus funciones y procesos internos correctamente. Integrar verduras a la comida, agrega la FAO, puede disminuir las probabilidades de padecer obesidad, al tiempo que contribuye a la conservación y fortalecimiento del sistema inmune.