De esta manera, se busca tratar el problema del o la paciente pero no su origen. Por falta de información o de conocimiento de otras alternativas, quien padece prediabetes asume que el tratamiento medicamentoso es su destino y que deberá adaptarse a esa realidad.
Sin embargo, UNO dialogó sobre esta patología con la nutricionista Mariana Palacio, quien tiene su consultorio en la zona sur de la ciudad de Paraná, y fue tajante en su afirmación: “La diabetes tipo 2 es reversible en la mayoría de los casos modificando el estilo de vida. La prediabetes no es una enfermedad crónica y progresiva, y tampoco es hereditaria”.
Pasa el tiempo y sigue instaurada la idea de que la diabetes tipo 2 una vez que ya fue diagnosticada no hay vuelta atrás.
“El secreto de revertir este tipo de diabetes está a nuestro alcance. Es preciso aceptar un nuevo paradigma vinculado a nuestra naturaleza”, aseveró Palacio.
La nutricionista paranaense como parte de su proceso de formación comenzó a preguntarse si la diabetes es una enfermedad causada por un exceso de insulina que se debe a un excesivo consumo de azúcar ¿por qué se sigue una alimentación que incluye por ejemplo carbohidratos refinados que también son una forma de azúcar?
En este sentido, Palacio argumentó: “Si planteamos el problema de esa manera es increíblemente útil porque la solución emerge de inmediato, debemos bajar los niveles de insulina reduciendo el consumo de azúcar y carbohidratos de este tipo”.
Al mismo tiempo hizo una reflexión crítica, donde señaló que “la mayoría de los profesionales de la salud considera que la diabetes tipo 2 es crónica y progresiva”.
Estilo de vida
Lejos de hablar de un cóctel de medicamentos para tratar la prediabetes, Palacio plantea un trabajo con sus pacientes desde otro enfoque de salud integral y terapias alternativas.
En este sentido, manifestó que las personas tienen que entender que al modificar sus estilos de vida pueden revertir la enfermedad.
“Si se parte de la idea de que esta patología es originada por un exceso de azúcar, lo que hay que hacer es no incorporarlo más al cuerpo y quemar el que hay sobrante a través de la actividad física”, destacó Palacio.
Al consultorio de la nutricionista paranaense concurren muchas personas con prediabetes, como así también con otras patologías y necesidades. En 2020, Ligia Blanco, una mujer de 30 años, cuyo diagnóstico era diabetes tipo 2, hipertiroidismo y gastritis crónica, se acercó a realizar una consulta con Palacio con el claro objetivo de dejar los medicamentos que desde hace año estaba tomando.
Por muchos años Blanco fue consultando con diferentes especialistas de Paraná en busca de una solución y una alternativa, pero en el intercambio con los profesionales de la salud y siguiendo al pie de la letra lo que le sugerían y prescribían no observaba mejoras en sus valores en sangre.
Sobre este caso, Palacio comentó: “Esta paciente no quería tomar más pastillas y estaba en conocimiento de que se podía revertir su prediabetes, lo cual fue muy positivo. Fue así que comenzamos un tratamiento con una alimentación baja en carbohidratos, alta en grasas saludables, y además actividad física, que es fundamental”.
En una entrevista con UNO, Blanco se refirió a su convivencia con los diferentes medicamentos, la odisea de pasar por los consultorios de diferentes nutricionistas sin ver cambios en sus valores en sangre, y la propuesta de Mariana Palacio que le significó un proceso de grandes cambios en sus hábitos.
“Fueron muchos años de tomar medicación y de nunca lograr tener salud. A pesar de que tomaba medicación no se normalizaban los valores y con las dietas tampoco”, afirmó Blanco. Además, añadió: “Me generaba frustración llegar a los controles y que me dijeran que no había bajado de peso, que seguía todo igual y que tenía que esforzarme más. Me insistían en que tomara la medicación, consumiera las colaciones e hiciera ejercicio. En el desconocimiento uno no se da cuenta, pero estaba agregando azúcar al cuerpo”. A su vez, se sentía cansada, con poca energía y desgano pese a dedicar las horas de sueño necesarias.
Como parte de su historia, la paciente recordó que en la adolescencia le diagnosticaron hipertiroidismo, en 2014 prediabetes, año en el comenzó con la medicación (metformina), y en 2018 gastritis crónica, donde también le prescribieron medicamentos para contrarrestar los síntomas.
Al llegar a su primera entrevista con Palacio, la profesional le planteó un plan nutricional adecuado a sus necesidades. “El mayor cambio en mi alimentación fue dejar las colaciones de turrones, de barritas de cereal y de productos que sin darme cuenta no estaban ayudando a mi salud. Fue un proceso porque mi cuerpo ya estaba acostumbrado a comer cada dos o tres horas. De a poco fui cambiando esas colaciones por alimentos que tuvieran menos azúcar y de tratar de espaciar la ingesta hasta realmente suprimir las colaciones y centrarme en las comidas importantes del día que lograran saciedad y tuvieran un aporte nutricional”.
Blanco llevaba 15 años siendo vegetariana, y como parte del proceso en las modificaciones de sus hábitos, de forma progresiva, incluyó la carne animal. “Fue un proceso muy particular porque me costó muchísimo, mi paladar no estaba acostumbrado y de a poco la pude incorporar. Ahora veo los buenos resultados”, indicó.
En esta etapa de aprender y descubrir, Blanco también comentó que sumó otros alimentos que no había consumido antes, como las leches vegetales en reemplazo de la de vaca. En este sentido, agregó: “Descubrí que hay otros alimentos además de las galletitas, porque está naturalizado e incorporado en la sociedad que la galletita esté presente en todo momento del día”.
Con acciones pequeñas, eligiendo las frutas correctamente, combinando alimentos de una manera apropiada y consumiéndolos en otro estado como por ejemplo el arroz en frío (ya que de esta manera se le baja la carga glucémica), Blanco fue incorporando cambios. Asimismo, hizo alusión a otro cambio: “Con Mariana empezamos a incluir de forma progresiva los ayunos intermitentes que son reposos gástricos, donde no se consumen alimentos. Por supuesto que no hice 10 horas de ayuno de entrada, sino que fue de a poco, con cinco, luego seis horas y así fui sumando de a poco. En este aprendizaje también fue necesario comprender que hay días donde vas a poder lograr el ayuno y otros días que tenés otras actividades y no lo vas a poder respetar”.
Resultados
El mes pasado Blanco se realizó un análisis clínico donde los resultados de su perseverancia y constancia, impulsada por el deseo de no requerir medicamentos, dio sus frutos. “La tiroides arrojó como valor 2, es decir normal, y los valores de glucosa e insulina en parámetros normales”, comentó, y aseguró: “Al hipertiroidismo lo padezco desde hace más de 10 años, por lo que ya había abandonado la idea de mejorar los valores de la tiroides y realmente me tomó por sorpresa”. No obstante, hace un tiempo ya había dejado la medicación para la tiroides por decisión propia y ahora directamente no es necesaria.
Por último, precisó que durante todo el proceso Palacio la acompañó y respetó sus tiempos con las dificultades que se presentaban en el camino. Como reflexión, Blanco consideró que es necesario visibilizar otras alternativas: “Porque lamentablemente para cada problema te dan un remedio y no es beneficioso consumir tantos fármacos o depender de ellos. Falta que los profesionales actualicen sus saberes para que se pueda conocer que curarse es posible con otras alternativas”.
Negocio y falta de formación
Tanto Palacio como Blanco coincidieron en que hay una falta de información sobre otras alternativas que pueden tratar diferentes patologías, como en este caso la diabetes 2. Pero el mayor problema de todos es el hecho de considerar a la enfermedad como un gran negocio. El hecho de necesitar un medicamento o varios para cada enfermedad genera grandes ganancias, y una demanda permanente.
La nutricionista Palacio afirmó que también las altas casas de estudio con carreras vinculadas a la salud no contribuyen en la formación para pensar en la medicina focalizada en la raíz del problema. “En la Facultad de Nutrición como en la de Medicina no se enseñan este tipo de alternativas. Se enseña a tratar y no a ver la patología de base o el problema que está causándolo”, referenció.
También agregó que en estos casos la predisposición de la persona es un factor importante. En este sentido, remarcó: “Cambiar los hábitos conlleva un gran esfuerzo y quizás tomar un medicamento y seguir con el mismo estilo de vida es más fácil. Eligiendo ese camino es donde la diabetes pasa a ser una enfermedad crónica, irreversible y progresiva que termina afectando a todos los órganos del cuerpo”.
Debido a la falta de formación que hay en la carrera de Nutrición, Palacio, tras ser consultada sobre cómo llegó a proponer un enfoque diferente que no estuviera ligado a la prescripción de medicamentos y a planes que no den resultados, señaló que a raíz de la diabetes comenzó a cuestionar: “Si el problema es el azúcar ¿por qué le seguimos sugiriendo alimentos con azúcar?”. Y sostuvo que de hecho una gran cantidad de asociaciones y profesionales recomiendan “no pasar más de tres horas sin comer e incluir a las comidas carbohidratos”.
Al plantearse estos puntos decidió formarse de manera autodidacta aprovechando las potencialidades de Internet. “Desde una perspectiva de salud integral, familiarizándome con terapias alternativas, más vinculada a lo holístico, y apoyándome en diferentes autores fui tomando más conocimientos.
“Como gran referencia tomé al doctor Jason Fung, que es un especialista en diabetes, leí sus libros y escuché todas sus conferencias. De esa manera lo que yo cuestionaba empezó a tener un gran sentido”. Palacio sostuvo como premisa que es necesario desafiar la sabiduría convencional y aceptar un nuevo paradigma.
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