El ejercicio físico no solo puede ser una herramienta extraordinaria en contra de los efectos del COVID-19, sino que además existe una relación entre el ejercicio y la salud mental.
Relación destacada para la salud mental
Esta relación recientemente ha sido destacada en el Journal “BMC Medicine” donde un grupo de investigadores publicaron una serie de datos muy interesantes.
De acuerdo a la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos, en el año 2019 el 18.1 % de los adultos presentaron ansiedad. Y el Instituto Nacional de Salud Mental reportó que el 7.1 % de los adultos en ele país sufren de depresión.
En dicho estudio participaron 152,978 voluntarios. Los investigadores no sólo hicieron el monitoreo de las condiciones físicas de cada participante en cuanto al desarrollo de su actividad física y las condiciones de cada uno de ellos desde el punto de vista de rendimiento cardiovascular y desarrollo muscular; sino que también debían llenar un cuestionario relacionado a la ansiedad y la depresión.
Después de 7 años de monitoreo, los investigadores concluyeron que las personas que realizan poco ejercicio físico tienen 98% más probabilidad de sufrir depresión y 60 % más probabilidad de padecer de ansiedad.
Ejercicio, ansiedad y COVID
¿Qué podemos aplicar del presente estudio en el caso de la cuarentena generada por el COVID?
Evidentemente, una de las medidas preventivas del Covid ha sido la cuarentena. Sin entrar en un debate sobre ese punto específicamente, lo que sí es cierto es que estando más tiempo en casa se genera más sedentarismo. Y además también pueden ocurrir cambios en el humor por permanecer tanto tiempo en un mismo sitio.
Motivo por el cual, en estos tiempos de pandemia, las personas deben establecerse un plan para la realización de ejercicios físicos. Así podrán mantener en buena condiciones el aparato cardiovascular y el peso ideal. También colaboran directamente en la prevención de la ansiedad y la depresión que son estados que pueden convertirse en una seria amenaza para la vida de las personas.
En conclusión, en la lucha en contra del COVID-19 además de la debida protección respiratoria, también hay que realizar una buena actividad física. Ésta no sólo disminuirá el riesgo cardiovascular, sino que nos ofrecerá más y mejor salud mental.
Como dice el Dr. Aaron Kandola, jefe de dicha investigación y candidato al Doctorado en la división de Psiquiatría del University College, London, Reino Unido: “Aquí, hemos proporcionado más evidencia de una relación entre la salud física y mental. Y que el ejercicio estructurado destinado a mejorar diferentes tipos de condición física no solo es bueno para su salud física, sino que también puede tener beneficios para la salud mental.”